lunes, 13 de febrero de 2012

La reconquista de Osgiliath

2984 de la Tercera Edad

Aquella mañana nos levantamos con prisas.Nos dijeron que varios destacamentos orcos habían tomado la ciudad de Osgiliath y esperaban refuerzos.Nuestros siervos nos pusieron y ayudaron con las armaduras a mi hermano y a mi a toda prisa.Recuerdo que a uno de nuestros hombres se le olvido el escudo y lo pago muy caro cuando comenzamos el ataque.
Aun vive,pero no su brazo,que fue cortado de un tajo por un caudillo orco que dirigía a uno de los destacamentos.

Cuando llegamos no quedaba nadie vivo.

Cadáveres.Multitud de ellos inundaban las calles.No se había salvado nadie,ni siquiera los mas jóvenes.Nos topamos con varios cadáveres de niños mientras llegábamos a la zona céntrica.Allí empezó todo.

Destacamentos enteros nos atacaron por sorpresa.Nadie se esperaba algo así.

Las lluvias de flechas nos cayeron desde la lejanía y tuvimos que resguardarnos entre los edificios para esquivar los proyectiles que,con malicia,destruían cualquier vida que estuviera a tiro.

Las flechas no paraban de caer.Miré al oficial que venia conmigo:

-¿No hay ninguna forma de derribarlos?
-La única es destrozar esa torre.Ninguna otra cosa las podría parar.

No era nuestra única amenaza.Los orcos venían a por nosotros.No solo nos lanzaban flechas,si no que sus tropas venían hacia nosotros.Si no nos daban las flechas,podían ser las malditas espadas orcas.Tuvimos que retroceder para tener mas espacio para luchar.

Fingimos una retirada para que yo y mis hombres pudiéramos retener a las hordas orcas durante un poco mas de tiempo.Y fue horrible.

La primera oleada fue fácil de derrotar.Pero no así las siguientes.

Tuvimos que volvernos mas agresivos.Al primero que se me acercó le rebane el cuello en cuanto estuvo a una distancia suficiente.Ese fue fácil.Tuve que hacerle una finta al segundo,con una estocada,rematarlo y parar al tercero con mi escudo y clavarle la espada.Uno de ellos consiguió empujarme y por poco muero de no ser por mi hermano,Faramir,que ayudaba en la medida de lo posible.

Lo único que podía salvarnos era que mi hermano y sus centinelas hicieran algo.La otra opción era que los soldados que estaban en la parte superior nuestra usaran las armas de asedio contra los orcos,pero tal y como estaban,poco podría hacerse.

Pero nuestra oportunidad llego.

Los soldados lograron reparar uno de los trabucos,lo cargaron con los restos de edificio y lo lanzaron.

La torre de los arqueros orcos se vino abajo.Ahora tendríamos el paso libre hasta la zona central.

Fuimos barriendo cualquier indicio de sangre orca que nos encontráramos.Afortunadamente,no habían traído trolls y eso nos facilitaba el trabajo.Esta vez,no caeríamos tan facilmente como antes.

Cuando todo acabo.Cuando el ultimo orco había huido o yacía muerto en el suelo,pudimos descansar.Todos abrieron la cerveza que trajeron de Minas Tirith y lo celebraron como es debido.Todos lo compartian.Todos.

Uno de los soldados me dio la bandera y me dijo:

-Señor,ponga la bandera,se lo ha merecido.

No pude negarme.Trepe como pude al edificio central y clave la bandera en la cima.Cuando quise darme cuenta,todos estaban mirando.Todos ahí abajo observandome,mirándome.No podía quedarme callado.

-Esta ciudad fue antaño la joya de nuestro reino.Un paraje de luz,belleza y música.!Y así volverá a ser!!Que las huestes de Mordor lo sepan!!No volverá la tierra de mi pueblo a caer en sus manos!

!Esta ciudad de Osgiliath ha sido reclamada por Gondor!

!Gondor!!Gondor!-gritaban los hombres,animados por la arenga.

Mi hermano se me acerco cuando baje,riéndose con sus hombres.

-Buena arenga,bella y breve.
-Deja mas tiempo para beber-le dije,festejando la nueva victoria.-!Abrid la cerveza!!Los hombres están sedientos!-a lo que ellos contestaron sonoramente.

Mientras bebíamos y charlábamos,me miro fijamente.

-¿Que?
-Esta aquí.
Mire hacia atrás y lo vi.
-Ni un momento de paz,¿ni eso nos concede?

Nuestro padre se acerco a mi preguntando por su primogénito.No podía negarle un saludo.
Se acerco a mi y empezó a alabarme.Decía que había doblegado al enemigo con mi sola mano.

-!No,tonterías!!La victoria pertenece también a Faramir!

El semblante de mi padre cambio y dijo:

-De no ser por Faramir,esta ciudad seguiría en pie.

Mi hermano no se quedo callado.

-Lo habríamos hecho,pero eramos muy pocos.
-Muy pocos...Siempre has sido una imagen muy pobre de mi.
-Nunca fue mi intención.

No aguantaba mas.
-No le das ningún crédito,y aun así intenta cumplir tu voluntad.

Me fui a uno de los edificios cercanos y vi que mi padre también venia.

-!Te quiere,padre!
-No me atormentes con Faramir.Conozco sus artes y son escasas.Hay cosas mas urgentes que discutir...
Elrond,de Rivendel,nos llama a un consejo.No ha dado motivo,pero imagino su propósito.Se rumorea que el arma del enemigo ha sido hallada.

Mi alma se quebró durante un momento.Sentí miedo.

-El anillo Único...El daño de Isildur...

-Ha caído en manos de los elfos.Todos lo reclamaran.Hombres,enanos,magos...No podemos dejar que eso suceda.Ese instrumento debe llegar a Gondor.

Pero no se si aquello era un buen plan.

-Gondor...

-Es peligroso,lo se.El anillo siempre intentara corromper a los hombres.Pero tu,tu eres fuerte-me agarro de los hombros-Y grande nuestra necesidad.Es nuestra sangre la que se esta derramando.Nuestro pueblo el que muere.Sauron espera su momento.Alista ejercitos recientes.Regresara.Y cuando lo haga,seremos incapaces de detenerle.Debes marchar.



-Devuelveme ese don.

No quise.No podía.

-No.Mi lugar esta aquí,con mi pueblo-salí del edificio-No en Rivendel.

El salio detrás mía.

-¿Te opondras a tu padre?

Entonces fue cuando mi hermano hablo:

-Si es menester ir a Rivendel,envíame a mi en su lugar.

Padre pareció que no le gusto la idea.

-¿A ti? Ah,ya veo.La oportunidad de Faramir,capitán de Gondor,de probar su valía.Eso no.Confío esta misión solo a tu hermano.El no me ha de fallar.

Días después,tuve que despedirme de mi hermano,por mucho que me doliera.No pude decirle mucho mas que:

-Acuerdate de hoy,hermano menor.

Dicho esto,me fui de allí para ponerme rumbo a Rivendel.Quien sabe si alguna vez volveré aquí.